🔴 MURIÓ ALIAS “CASTAÑEDA”, CRIMINAL DE GUERRA Y TESTIGO EN EL CASO URIBE: EXPARAMILITAR Y VERDUGO DE CAMPESINOS

Gabriel Muñoz Ramírez, conocido por su nombre criminal alias “Castañeda”, falleció en las últimas horas, supuestamente por un paro respiratorio. 

Pero no murió un ciudadano cualquiera. Murió uno de los hombres más temidos, peligrosos y despiadados que hayan pasado por la guerra sucia en Colombia. Un hombre con el alma podrida de sangre, que primero militó como guerrillero del EPL, y luego se vendió al mejor postor del paramilitarismo, fundando el temido Bloque Metro de las AUC.



Fue guerrillero. Fue paramilitar. Fue asesino. Y también fue testigo en el polémico caso judicial contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, donde intentó lavar su pasado a través de declaraciones oportunistas.

🩸 Castañeda: el carnicero del Oriente Antioqueño

Alias “Castañeda” no era un ideólogo. Era un mercenario de la violencia, que cambió de uniforme pero nunca de convicciones. Del fusil rojo del EPL pasó al camuflado de las AUC, donde fundó y dirigió con puño de hierro el Bloque Metro, una estructura paramilitar que sembró terror, muerte y desplazamiento en el Oriente antioqueño entre 1997 y 2003.


Se le atribuyen más de 500 asesinatos y múltiples masacres. Una de las más recordadas: la de Yolombó, Antioquia, donde bajo su mando se ejecutó a 21 personas, entre ellos campesinos, mujeres y jóvenes, sin juicio ni defensa. Se les acusó de colaborar con la guerrilla, pero en realidad fueron víctimas de la guerra por el control territorial del narcotráfico.


Sus crímenes incluyeron desapariciones forzadas, torturas, violaciones, desplazamientos y ejecuciones extrajudiciales. Fue condenado a más de 40 años de prisión, pero terminó sus días tranquilo, en arresto domiciliario, como si la justicia colombiana le hubiese otorgado una especie de “perdón en cuotas”.


🧾 El testigo incómodo


En 2025, alias “Castañeda” reapareció ante la opinión pública como testigo en el proceso contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, en el que se investiga una red de manipulación de testigos y sobornos para deslegitimar versiones en su contra.


Durante su declaración ante la justicia, “Castañeda” aseguró que nunca conoció a Álvaro Uribe ni a su hermano Santiago, a quienes la Fiscalía ha señalado en versiones de otros paramilitares como supuestos promotores o aliados del paramilitarismo en Antioquia. Su testimonio fue utilizado por la defensa de Uribe como intento de desvirtuar los señalamientos que lo vinculan con el nacimiento del Bloque Metro.


Pero la historia no terminó ahí. “Castañeda” también denunció que un supuesto enviado del senador Iván Cepeda intentó sobornarlo con 25 millones de pesos para declarar contra Uribe. Aunque la defensa del congresista negó rotundamente esta versión, el escándalo fue aprovechado mediáticamente para pintar a “Castañeda” como una “víctima del sistema”, borrando su oscuro prontuario con declaraciones políticamente convenientes.



⚖️ ¿Muerte natural o justicia divina?


La muerte de alias “Castañeda” ocurrió en medio de la polémica. Aunque se presume que falleció por un paro cardiorrespiratorio, sectores de víctimas han expresado su indignación por el hecho de que muriera en su casa y no en una celda, sin haber cumplido ni la mitad de la pena que debía purgar.


Su partida deja un vacío en un proceso judicial complejo, pero también deja la sensación amarga de una justicia selectiva, que permitió que un asesino en serie con uniforme paramilitar terminara sus días en libertad relativa, lejos del dolor que causó a cientos de familias.


📌 Colombia no olvida


Alias “Castañeda” fue un símbolo del horror paramilitar. Un sujeto que hablaba de la guerra con frialdad, que justificaba asesinatos colectivos como “limpieza” y que cambió de bando cada vez que le convenía. Fue guerrillero y paramilitar, pero sobre todo fue un verdugo al servicio de la muerte.


Su nombre, aunque desaparezca de los expedientes judiciales, permanecerá en la memoria de los desplazados, los huérfanos y los pueblos enteros que conocieron el infierno bajo el ruido de sus fusiles.


Murió sin pagar. Pero la historia lo juzga y lo condena.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente